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05/12/2018

“Hay que invertir más en educación ambiental”

Entrevista a Eduardo Lafuente, coordinador del proyecto LIFE Segura Riverlink

En EuroVértice hemos participado en numerosos proyectos a lo largo de nuestra trayectoria que han supuesto enormes mejoras en áreas como medioambiente, energía, innovación, desarrollo territorial o acción social. Ello nos hace estar muy orgullosos y nos anima a seguir por este camino que tanto nos apasiona.

La financiación europea se ha alzado como una de las principales vías para poner en marcha ideas innovadoras. Gracias a nuestra especialización y a un equipo multidisciplinar, hemos podido colaborar en numerosas tareas y fases de estos proyectos, facilitando su desarrollo y el cumplimiento de la normativa europea.

Con el objetivo de que podáis conocer en que consistieron, hemos dado inicio a una serie de entrevistas a nuestros clientes. Y esta iniciativa no podía comenzar de mejor manera. Hoy os presentamos a Eduardo Lafuente, jefe del Servicio de Estudios Medioambientales de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura y coordinador del proyecto LIFE Segura Riverlink, al que asistimos en su redacción y ejecución, así como en asistencia administrativa y seguimiento de las acciones técnicas. A través de sus palabras tendréis la oportunidad de descubrir por qué fue un gran proyecto y las razones por las cuales la financiación europea fue de suma importancia para poder conseguir todos los resultados que se obtuvieron.

Con una duración de 4 años, del 1 de agosto de 2013 al 30 de julio de 2017, y un presupuesto de 3 242 250 € —el 49,83 % cofinanciado por la Unión Europea— este proyecto nació con la misión de recuperar la conexión entre tramos del río Segura, renaturalizarlo y recuperar su función de corredor ecológico. Se trata, además, del primer proyecto europeo liderado por una confederación hidrográfica española. “Muchos han seguido nuestros pasos. Fuimos pioneros y eso es algo para estar orgullosos”.

1. ¿Qué impulsó la puesta en marcha del proyecto?

Estábamos en el año 2013 y era un momento muy malo.sLa financiación de todas las confederaciones hidrográficas del Ministerio y, sobre todo, la preocupación ambiental de los sectores dirigentes, se había visto un poco relegada debido a la crisis. Además, había otros sectores que preponderaban. Entonces, el querer buscar financiación europea se debió a esa falta de dinero y al gran interés que teníamos en hacer un proyecto de restauración fluvial “pura” en Murcia, a lo cual no se estaba dando demasiada importancia. En nuestra región, dadas las características de la cuenca del Segura, habían sido prioritarios otros temas, como la defensa de las inundaciones. Sin embargo, en ese momento nos vimos con los conocimientos necesarios y, además, se estaban haciendo proyectos similares en otras cuencas españolas. Por tanto, quisimos ponerlo en marcha.

2. ¿Cómo lo hicisteis?

Nosotros desconocíamos cómo funcionaba la búsqueda de financiación europea. Fue un poco por casualidad. Asistimos a una jornada del INFO (Instituto de Fomento de la Región de Murcia) sobre proyectos LIFE de la Unión Europea. Allí, a mi compañero y a mí nos llamó mucho la atención una diapositiva titulada “Proyectos financiados por administraciones”. Resulta que en el caso de los ayuntamientos, comunidades autónomas y empresas privadas había habido muchos. Sin embargo, en la Administración General del Estado había tan solo uno. Eso nos sorprendió, por lo que pregunté a qué se debía, si la Administración General del Estado podía optar a estos proyectos y, de ser así, por qué no se estaba haciendo. Lo que me contestó una funcionaria del Ministerio es que a este “nunca le había hecho falta, que había tenido financiación y que no lo había necesitado”. A pesar de ello, me confirmó que sí que se podían solicitar. Nos fuimos encantados de allí y dijimos “pues oye, ¿por qué no?”.

3. Aparte de los objetivos principales del proyecto, también se quiso aumentar la conciencia ambiental mediante una serie de actividades de comunicación y participación.

El Segura Riverlink tenía una parte técnica muy importante, pero también teníamos muy claro que la parte de difusión y conocimiento era básica. A la gente le podía sonar un poco raro lo que hacíamos. Entonces, teníamos la obligación y la necesidad de explicarlo. En ese momento, sin embargo, no éramos tan conscientes. Creo que deberíamos haberle dado aún más importancia. En esta región y en esta cuenca hay una cierta incultura ambiental, más que nada porque el Segura daba otro tipo de problemas. La restauración fluvial nunca ha sido una prioridad. Se daba por hecho que cuantas más presas se hiciesen en el río, mejor. No obstante, es evidente que eso trae otros problemas. Ahora, con los años, nos hemos dado cuenta de lo que ocurre.

4. ¿Cuáles son, en tu opinión, las acciones más importantes para implicar a la sociedad?

Hay que intentar acercar el conocimiento lo máximo posible. Y eso suele ser complicado de conseguir con una charla. Nosotros hemos intentado ser muy proactivos y hacer cosas diferentes. En una ocasión hicimos un concurso de paellas en Calasparra, lo cual atrajo a un gran número de personas, a las que luego les explicamos en qué consistía el proyecto. Éste les sonaba, aunque podemos decir que el arroz era lo que realmente atraía a la gente. Sin embargo, al final se iban tan encantados que, años después, me he encontrado a personas que asistieron y me decían que, gracias al concurso, conocieron el proyecto. Por esta razón, hay que hacerlo fácil. Trabajar con colegios es lo obvio, aunque insuficiente. No podemos arreglar la situación si únicamente nos enfocamos en un público menor de 15 años. Otra acción muy importante sería la difusión a través de los medios de comunicación. Además, hay que comunicar también a los propios jefes para que vean lo que haces y en qué consiste. De esta forma, toman consciencia y son capaces de invertir mucho más dinero.

5. Entre las acciones desarrolladas durante el proyecto se encuentra la eliminación de un azud en desuso en el Río Moratalla, la construcción de 8 escalas para peces y la revegetación con especies de ribera. ¿Qué otras acciones se podrían implementar en un futuro?

Actualmente hay, en mi opinión, dos temas interesantes. Uno sería hacer a gran escala lo que hicimos, pues fue un tramo muy pequeño y, dado que se ha comprobado su funcionamiento, lo lógico sería irlo extendiendo. Por otro lado, habría que trabajar en la gestión de inundaciones en la cuenca. Se sigue viendo solamente como encauzamientos, como limpieza, lo cual no tiene mucho sentido en el siglo XXI. Sería muy importante adoptar medidas naturales de gestión de retención del agua, idea que está siendo implementada en Europa y que está llevando a muchos sitios. Aquí aún no se ha hecho nada y creo que se trata de una idea muy susceptible de tener subvención europea.

6. ¿Cuáles son los principales resultados conseguidos con el proyecto y qué se debe hacer para que estos perduren?

El principal resultado es que las escalas funcionan. La gente no confiaba en que los peces pudieran subir por ahí, pero lo hacen. De hecho, sabemos cuántos suben, que especies y cuánto tardan. Está todo monitorizado y de este tema científico tan interesante no había prácticamente estudios así de amplios en el Mediterráneo. Ha salido, incluso, alguna tesis doctoral a raíz de este proyecto. También hemos demostrado que luchar contra la caña es posible, lo que pasa es que hace falta tiempo y dinero. Precisamente, ahora mismo hay un proyecto en Molina de Segura de 1 millón de euros que consiste en la eliminación de cañas y la plantación de bosque de ribera, que se basa en todo lo que nosotros aprendimos durante el Segura Riverlink. Por otro lado, eliminamos un azud de 1 metro. El Tajo ha eliminado azudes de 17 metros y en Estados Unidos están tirando presas de 40-50 metros. Es cuestión de tiempo.

7. ¿Se podrían haber logrado estos resultados si no se hubiese contado con financiación europea?

No, sin duda en ese momento era imposible. No era prioritario. Y, aun así, ahora mismo también lo dudo.

8. ¿Cuáles han sido las principales dificultades a las que os habéis enfrentado y el aprendizaje adquirido a lo largo del proyecto?

Hemos comprobado lo difícil que puede ser en ocasiones lidiar con Europa, aun teniendo ayuda. Es muy complicado. En cuanto a lo que hemos aprendido, nos dimos cuenta que hay que invertir más en educación ambiental. En su momento nos equivocamos e invertimos demasiado poco dinero. También hemos aprendido lo importante que es buscar buenos socios. En ese aspecto tuvimos mucha suerte, pues funcionaron muy bien. Y una de las razones es porque contamos con muchísima ayuda por parte de EuroVértice en las tareas administrativas y de gestión. De no ser así, nos habría resultado mucho más complejo, dado el desconocimiento que teníamos.

9. ¿Consideras que fue un proyecto novedoso?

Totalmente. Ha sido muy novedoso. Pensar que alguien tirara un azud aquí se consideraba una locura. Que alguien hiciera una escala de peces tampoco era una idea muy popular. Y poner en marcha proyectos de instauración de bosques de ribera, con una duración de entre 2 y 3 años, cuando lo único que se hacía aquí era cortar la caña para que creciera otra vez… Administrativamente, para nosotros supuso algo totalmente nuevo. Aunque hemos gestionado muchos fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), la gestión de estos fondos no tiene nada que ver con un proyecto LIFE.

10. La participación de los diferentes socios del proyecto, como es el caso de ANSE, universidades o la Administración Regional, ¿contribuyó a lograr los objetivos establecidos?

Son clave. Por ejemplo, aunque nosotros podamos construir la escala, no tenemos ni idea de si eso funciona o no. Ahí la Universidad de Palencia y la de Murcia ayudaron mucho. Por otro lado, sin la CARM (Comunidad Autónoma de la Región de Murcia), corresponsables también en la administración del Dominio Público Hidráulico (competente en medio ambiente), habría sido posible, pero mucho más difícil. Y sin ANSE, la participación pública habría sido mucho peor. Fue un socio estupendo a la hora de realizar esas tareas.

11. ¿Cómo valorarías la participación de empresas como EuroVértice en proyectos europeos?

En nuestro caso son indispensables a día de hoy. Hay administraciones que tienen experiencia o cuentan con un gabinete que se encarga de ello. Nosotros no teníamos ningún conocimiento. El problema de la Administración es que no somos especialistas casi en nada, somos muy generalistas. Por tanto, si quieres sacar fondos europeos, necesitas alguien que entienda. Estas empresas tienen, en mi opinión, un nicho de mercado muy interesante. Por otro lado, como el funcionamiento de la financiación europea cambia cada 12 o 24 meses, es muy importante estar al día, lo cual es más fácil para una empresa privada que para nosotros.

12. ¿Tenéis pensado optar a nuevos proyectos europeos?

Casualmente, hace dos días solicité una reunión con un responsable de la CHS para plantearle nuevas vías. Me parece importantísimo y no ceso en mi empeño.

13. ¿Qué vías habías pensado?

Personalmente, tengo muchas ganas de trabajar en temas de inundaciones. Me parece clave, creo que hay que cambiar muchas de las ideas que se tienen aquí. No podemos pensar exactamente lo mismo que hace 30 o 40 años. No digo que sea mejor o peor, pero no se puede.

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