En el año 2012 se aprobó la primera directiva de eficiencia energética (DEE 2012/27/UE). A partir de entonces, todas las compañías energéticas se ven obligadas a actuar para que sus clientes reduzcan el consumo de energía, aplicando medidas de eficiencia energética.
Esto dio fruto en España al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), una aportación económica de estas empresas. Con el montante total, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA) diseñaba convocatorias de ayudas para proyectos de eficiencia energética en todos los sectores.
Para que nos hagamos una idea, en 2024, en cumplimiento de la mencionada y subsiguientes directivas, estas empresas deben aportar al FNEE una suma total de 795 millones de euros, en función del consumo de energía de sus clientes y del ahorro que el Estado espera para ese año.
Sin embargo, Francia utilizó otro modelo distinto al de imponer cuotas económicas a las energéticas: su modelo está basado en un enfoque de abajo a arriba, es decir, son los clientes los que aplican medidas de eficiencia energética y, posteriormente, la compañía les compensa directamente por los ahorros conseguidos. Es decir, la ayuda la reciben directamente de las compañías energéticas, sin pasar por convocatorias.
Volviendo al caso de España, desde el año 2023, se da la posibilidad a las empresas suministradoras españolas de aplicar, parcialmente, el modelo francés. Para ello se ha desarrollado el concepto de los Certificados de Ahorro Energético (CAE), que no son otra cosa que un ahorro alcanzado por un cliente y verificado por un organismo independiente, que puede comercializarse a estas empresas suministradoras. De esta manera, las energéticas justifican que están consiguiendo los objetivos de ahorro asignados a sus clientes.
En 2024, hasta el 65 % de los ahorros que han de conseguir estas empresas, se pueden obtener mediante CAE. En 2025 será hasta el 80 % y en 2026 el 90 %, pudiendo reducir mediante esa medida las aportaciones al FNEE.
El precio de los CAE los define el mercado, pero su valor máximo será el de la aportación al FNEE que, en 2024, es de 182,27 € por cada MWh de ahorro anual conseguido.
Lo más interesante de este modelo es que la venta de los CAE es compatible con cualquier otra ayuda que un usuario pudiera haber conseguido para acometer sus proyectos de eficiencia energética. De esta manera, una administración pública, una empresa o una comunidad de vecinos puede monetizar los ahorros conseguidos, aportando una ayuda adicional para compensar la inversión de sus proyectos.
El modelo está aún en sus inicios y el proceso no es sencillo, pero desde EuroVértice trabajamos para ayudar a nuestros clientes a ser más eficientes para conseguir la máxima financiación para sus proyectos de eficiencia energética.
